Este tema, si practicas yoga conmigo, sabes que lo toco, lo contemplo y lo comparto habitualmente.
Estar bien, como una obligación. ¿Cómo estás?¿Qué tal? ... (estos puntos suspensivos los pondría en mayúsculas).
¿ Te permites expresar libremente que no estás bien o automáticamente respondes lo que se espera? UN BIEN A SECAS Y A TIRAR MILLAS... y si respondes:
pues la verdad es que no estoy bien, estoy pasando por unos momentos muy dolorosos, enfrentándome con mis heridas y dándoles el espacio que siento que necesitan. Pin pan, acabas de dar en el clavo de tu espacio de respeto y sinceridad y si quien ha preguntado no estaba preparado para escuchar esa respuesta pues que quieres que te diga, no preguntes. Puedes decir un escueto hola y no te arriesgas.
No estar bien es humano, es sagrado y es requetenormal, sí porque pasamos por infinitas experiencias en la vida y muchas de ellas son dolorosas; duelos, separaciones, pérdidas, enfermedades, enfrentamientos y lo verdaderamente normal y humano es no sentirse bien atravesando los procesos que además son maravillosamente presentes.
Cuando te permites habitar el dolor hay una plena conciencia presente que es súper auténtica y muy válida y ahí es dónde puedes mirarte con la profundidad que requiere tu herida y comenzar a sanarla.
"No podemos cambiar nada que no hemos aceptado"
Nuestra percepción acerca de nuestra vida, todo lo que queremos ver y de lo que nos estamos escapando se pone delante una y otra vez, rasgos de nuestra personalidad, heridas... ya la vida se ocupa de traérnoslo reflejado en personas que "mágicamente atraemos" y de las que generalmente ofrecemos queja.
El famoso efecto espejo.
¿Cuántos personajes nos habitan?
Qué hermoso camino el de aceptar que somos un montón de ellos dentro, que no somos una única visión o manera si no que en la grandeza de nuestra vida pasamos por múltiples fases y que nuestra identidad no es férrea si no que se mueve en muchas direcciones y permitirme serlo es un camino de aceptación, de grandeza y de autenticidad.
No esconderme de mis propios "yoes" porque no son lo que se espera de mi, lo que está bien visto, me permito sentirme fatal, y no esconderlo, si no darle espacio.
El trabajo evolutivo del ser humano es constante no se acaba porque seguimos girando con la espiral, pasaste una vuelta y parece que estás en el mismo punto pero si te has dado el espacio que mereces, si te has permitido mirar, sentir, encarnar tus dolores y tus heridas puedes comprobar que ya no estás en el mismo lugar aunque lo parezca, hay una mirada sutil que reconoce un espacio diferente, una comprensión diferente y una ligereza diferente.
NO es aferrarse al dolor ni aferrarse a salir de él es simplemente darle espacio porque se lo merece, porque cada una de nuestras experiencias es sacra y la suma de ellas ha construido quien eres ahora en este momento.
Me parece un acto revolucionario y de autenticidad orgánica darme permiso para ser quien soy en todas mis fases, en mis ciclos y etapas. Me declaro disidente de una sociedad de bienestar falsa, alimentada con Prozac y sin un ápice de interés por lo que realmente pulsa en el interior de todos los seres. El abanico emocional que somos, después de una contracción orgánicamente viene una expansión y así es todo el rato. Todo es pasajero y lo único que perdura es la esencia que nos habita el verdadero AMOR hacia el que caminamos seamos conscientes o no.
Si no permito que mis dolores ocupen su espacio; Si vuelvo a encerrarlos una y otra vez en los
cajoncitos internos hay un momento que sí o sí va a querer salir porque se lo merece, porque forma parte de mí y necesita su espacio, su habitarlo consciente para sanarlo y no para que se pudra y apeste por todas partes.
Es tan sabia la vida que de cada cajoncito que no quieres ver va a mostrarte delante una situación, un personaje, una relación que te recuerde quien eres y lo que te compone y además seguramente no lo vas a
aceptar de la misma manera que no lo estás aceptando en ti.
Qué lindo sería una sociedad que permite ver sus dolores sin teñirlos, sin esconderlos y sin hacerte sentir no válido o aceptable por mostrarlo. Yo reivindico el espacio del dolor, no le quiero meter prisa ni tacharlo de inoportuno "con lo bien que estaba y ahora aparece esto..." ¿Estabas bien? ¿O habías cerrado el cajoncito ingenuamente pensando que ya no ibas a ver más ese aspecto de ti? Te recuerdo la sabiduría que encierra la frase que te escribí antes:
"No podemos cambiar nada que no hemos aceptado", dale un espacio y siente qué es lo que te trae.
Esta primavera con su temporada de eclipses ando mirando cajones, haciendo digestiones y dando espacio a lo que anteriormente le metí prisa para que sanara. Honestamente no me sirvió de nada a si que ahora ando "trabajando en ello" y acompañando a personas valientes que también andan limpiando cajones.
Salud, Amor y Libertad.
Irene.
¡Qué linda esa micro-sociedad que es nuestra kula, donde nos permitimos expresar (en el sentido más amplio del verbo) nuestros "dolores"! Y donde, entre todas, sanamos y nos retrosanamos, lavando heridas o sosteniendo la toalla limpia que las ha de secar.
Ro