Todo lo que tiene vida está bañado por el gran astro, el portador de vida. Sol, Surya… sin él nada sería posible. Otorga la luz para deleitarnos de la belleza de lo que está creado. La secuencia del mala nos recuerda su ritmo, desde que amanece, pasando por el zenit (la piedra sol es el centro), hasta que va anocheciendo de nuevo. El ciclo orgánico que nos acompaña a lo largo de la vida. Una joya que acompañe tus ritmos cotidianos, que te recuerde que tu brillo es como Su brillo, un reflejo de sus rayos… 
 
Piedra Sol:
 La piedra sol representa la vibración regeneradora de la luz solar y suele usarse para equilibrar la zona del plexo solar y potenciar la independencia, la autoestima y la fortaleza personal. Es una piedra indicada para cortar enganches mentales y emocionales y también vínculos insanos. La piedra sol estimula la vitalidad, el entusiasmo, el buen humor y la alegría. Fomenta un enfoque optimista de la vida y de uno mismo. Se considera una piedra de nutrición y de limpieza.
Adularia (piedra de Luna):
Es la auténtica piedra de Luna.  Representa el equilibrio emocional, ayuda a calmar y equilibrar las emociones y fomenta un estado de paz y tranquilidad. También representa la naturaleza cíclica de la vida y del ser humano. Potencia el principio femenino en las personas: intuición, receptividad y creatividad. Apoya la integración del equilibrio entre las energías femeninas y masculinas. Puede ser de gran ayuda para armonizar los desequilibrios hormonales femeninos. 
 
Cuarzo Ahumado:
Es uno de los cristales que nos traen la información más antigua del planeta. Es sabido que los cuarzos descargan la sabiduría universal. En concreto el cuarzo ahumado alivia los miedos y los malos sueños. El temor al fracaso y a ser uno mismo. Aporta una vibración positiva que se expande el espacio y asienta la energía espiritual. Irradia energía desde la coronilla hasta el chakra raíz, iluminando el canal central.