Me doy cuenta de que ha pasado mucho tiempo (lineal, porque si lo miro-siento desde otro lugar, nunca he dejado de estar aquí plasmada... es como si este espacio fuera la forma física que habita mi propia mente) y hoy un día de lluvia, un nuevo ciclo Solar en la rueda zodiacal con la recién inaugurada sesión acuariana he sentido que es el momento de plasmar-me.
En este tiempo han pasado varias estaciones y estamos de lleno atravesando el tiempo invernal, mucho tiempo he renagado del invierno, casi una decena de años anduve no viviéndolo aprovechando esos meses en mi vida africana. Cuando andaba en

Mali con las chanclas en pleno enero me llenaba de satisfacción saber que me estaba quitando de en medio el mundo de las botas, calcetines y múltiples capas.
Reconozco que han sido muchos años los necesarios para amigarme con el invierno de nuevo. Este año cuando el otoño ya acortaba nuestras horas de luz me hice la promesa de no enfadarme, de no quejarme del frío y de sacar la máxima sabiduría orgánica de esta estación.
Reconozco que así está pasando, que así la estoy viviendo y me alegra mucho haber salido de esa nube negra que me opacaba mis días invernales, absolutamenete inevitables si vives en este lado del mundo.
No pensaba hablar del invierno ni de mi objetivo de aceptarlo pero así me pasa cuando me siento a plasmar en este espacio, que las letras se manifiestan en plena libertad y dan forma a lo que quieren por sí mismas, una vez más siento mis manos como simples herramientas de ello y me dejo llevar.
Igual si has llegado hasta aquí te preguntas qué tiene que ver DETONAR con el invierno... pues como te decía no sé por qué ha salido pero así es, igual voy encontrando el hilo y es que esta estación de frío, de ramas peladas, de aparente naturaleza desnuda; es una excelente invitación para navegar hacia el interior más profundo. Si observamos la sabiduría de la naturaleza y sus plantas y árboles de hoja caduca vemos una aparente desnudez muerta, el exterior queda en un vacío de hojas y de frondosidad. La energía de las plantas se encuentra en la raíz y el tronco. Está latente la vida en el interior, manteniendo el flujo energético dentro, sosteniendo la vida y el poder desde ahí. Ellas saben que en dos lunas más la fuerza de la primavera viene rompiendo todo aquello que parece dormido. El brote arrasa la corteza y el verde fresco y exultante llena el paisaje.
Para que el brote nazca ha pasado un proceso, un tiempo de interiorización, de vida latente y recogida...eso es el invierno. Esa es la oportunidad que se nos brinda, vivir de la piel para dentro y atender a lo que necesita ser visto, amado y claro que sí... SANADO.
Aquí está el hilo conductor del invierno y el detonante;
¿Está pasando para ti que aparecen (dentro del recogimiento invernal) situaciones que detonan internamente cual bomba?, y PUN! aparece una emoción, hay un nudo en la garganta, una angustia, una sensación a la que no puedes poner nombre pero que reconoces, que viene de antiguo, que sale para ser vista, para ser atendida, para darle su lugar. Justo en un tiempo dónde lo que hay fuera te está invitando a la quietud, a la contemplación, a pasar horas frente al fuego, a recordar historias...

Bendito sea entonces lo que haya ocurrido aparentemente externo para traerte de nuevo la oportunidad de revivir una herida que pide ser curada, atendida.
Hoy escribí un post en Instagram sobre ello y es que a mí me tocó ayer. Una situación aparentemente inocua ha abierto algo, todavía no he descubierto su forma pero sí reconozco su sabor.

Sabe a infancia y a sensación de no sentirme comprendida, de ser tan sensibe y estar tan atravesada por lo que ocurría fuera de mí en una familia llena de hermanos, de padre y madre que no paraban de trabajar que mi súper sensibilidad (una luna en Piscis...) no quería ser ni vista, ni mirada, ni comprendida... la manera en la que se me veía y valoraba era si era tan bruta y fuerte como mis hermanos... la niña que lloraba cada dos por tres se escondía para hacerlo porque mi llanto era totalmente incomprendido.
En mi madurez, enamorada del que fue mi marido cuando mi llanto brotó en una despedida de aeropuerto volvió a ser censurado (es un hombre musulmán al que caparon la emocionalidad y el llanto aparece cuando realmente hay una desgracia...).
Escribiendo aquí, dando forma a mi sentir descubro que el detonante vuelve a conectarme con mi infancia, con una incomprensión familiar a mi sensibilidad, a mi expresión del gozo o del dolor de manera fluida y libre al que hoy puedo mirar y darle el mimo que merece.
No soy muy de hacer trabajos de "niña interior" pero últimamente en la vida de familia están saliendo para mí DETONADORES que me traen a la que escondí para ser aceptada.
Hoy con las herramientas que he ido adquiriendo en estos años de vida consciente, de prácticas profundas conectadas con linajes muy poderosos del Tantra y el Yoga, pero sobre todo con las ganas de amarme de verdad, de mirarme sin tapujos, la vida me está trayendo situaciones para que sane tanto.
Me voy a dar una palmadita y hoy brindo por mí, por mis ganas de ser cada día más libre y auténtica y por plasmarlo aquí para compartirlo contigo si me estás leyendo.
Si sale hacia fuera, confía como estoy haciendo yo; es porque ya puedes afrontarlo, mirarlo de frente y darte todo el amor y la compasión que mereces.
Ay sí! sigamos sanando este personaje con el que al nacer nos hicimos las protagonistas de nuetra vida. Sanando para ir cada día más ligeras y auténticas, para madurar y envejecer más libres, más conectadas con nuestra fuerza y vulnerabilidad.
Gracias invierno por darme tantas oportunidades este año, parece que se avecina un "cambio de pantalla".
Salud, Amor y Libertad.
Irene
Preciosas palabras!!
Totalmente de acuerdo.
Yo cada vez disfruto más de los inviernos, me encanta, porque me siento tranquila cuando voy hacia dentro. Lo intento aprovechar al máximo.
Un abrazo
Te he leído sintiendo cada palabra .. descubriendo a tú niña .. tú niña sensible llena de emociones que se ha convertido en una mujer apasionada, fuerte y arraigada a su ser sin perder la sensibilidad de su alma . Aprendiendo , reconociendo , interiorizando y llevando al cuerpo y a sus ciclos su fuerza diaria .
Gracias Irene !!!
Buen viaje de vuelta a Casa”! Qué bonito te desnudas, Irene! Mientras te leo, veo como cada palabra va despojándote de una prenda, de una sombra, de una costra ya afortunadosmete seca. Y va saliendo tu vestido de piel morena y soleada. Y tus células sonríen como esos ojitos achinados que tienes. Un abrazo